domingo, 27 de julio de 2014

Árbol de codificación: tiempo de veda

He iniciado el análisis preliminar y la verdad es un momento verdaderamente gratificante, excitante e  ilusionante.
De repente todo adquiere sentido y por primera vez sientes que estás haciendo la tesis, que no es baladí el esfuerzo realizado.

No es una toma de conciencia ingenua, soy consciente del trabajo que queda por delante pero es como ver la luz al final del camino, aunque el camino es angosto y lleno de dificultades, pero hay luz al final.

Hace pocos días hice tutoría de tesis y la recomendación es reducir el árbol de codificación inicial. Independientemente de lo complicado que puede parecer, mi directora  me propone reducir a la mitad el número de códigos identificados. A pesar de que al principio asusta, al final adquiere sentido, y se convierte en una tarea de reubicación muy entretenida y a  la vez intelectualmente estimulante,  ya que te obliga a pensar nuevas relaciones entre los datos y salir del detalle para establecer conceptos más generales.







Hoy soy como una campesina que le toca cortar ramas, pero sin pena, porque las que queden serán más robustas y fuertes.